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La Catedral de Sevilla, también conocida como "Catedral de Santa María de la Sede", destaca como representación de la arquitectura gótica. Este notable edificio no sólo muestra la historia de la ciudad, sino que también atrae a millones de visitantes cada año consolidando su estatus, como una atracción de visita obligada en Sevilla.
Contexto histórico
Los orígenes de la Catedral de Sevilla se remontan a 1401, cuando los sevillanos optaron por construir una iglesia en el lugar donde se alzaba la antigua mezquita mayor de la ciudad. Esta decisión no fue una iniciativa aislada, sino que simbolizó el renacimiento y el rejuvenecimiento cultural tras el periodo de la Reconquista.
Construida sobre los restos de una mezquita, desde su dominación en el siglo XII, algunas partes de la estructura original aún perduran hoy en día, incluido el famoso campanario de la Giralda, que originalmente sirvió de minarete.
Características arquitectónicas
La Catedral de Sevilla ejemplifica la arquitectura con sus altísimos muros, sus arcos apuntados y su intrincada artesanía en piedra.
Con 11.520 metros de altura, esta catedral ostenta el título de ser la mayor catedral gótica del mundo y la tercera iglesia más grande.
Su construcción duró más de un siglo y el resultado es una cautivadora mezcla de estilos. Aparte de sus características góticas, también se pueden apreciar elementos de los estilos renacentista y barroco que enriquecen el aspecto del edificio. Especialmente llamativas son las capillas adornadas con obras de arte y reliquias.
La Giralda - Un hito de distinción
Al admirar la catedral, no se puede pasar por alto la Giralda. Inicialmente sirvió de alminar para la mezquita y más tarde se transformó en campanario. Con sus 104 metros de altura, fue en su día una estructura sevillana. Sigue siendo un símbolo emblemático de la ciudad. Ascender a la cima de la Giralda es toda una experiencia a través de unas rampas que se diseñaron originalmente para facilitar la subida de los jinetes durante las oraciones. Hoy los visitantes pueden disfrutar de una vista de Sevilla desde allí arriba.
Dentro de las capillas de la catedral hay obras de arte, como pinturas de artistas de renombre como Murillo y Zurbarán, además de impresionantes retablos y reliquias. Destaca la Capilla Mayor, apreciada por su grandiosidad e intrincada ornamentación.
Un centro de fe y cultura
La Catedral de Sevilla es a la vez un centro neurálgico y un valioso hito cultural. Reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, tiene una gran importancia histórica y artística. Su encanto y significado histórico atraen a visitantes de todos los rincones del mundo.
Una visita a la Catedral de Sevilla no sólo supone un encuentro con la arquitectura, sino también una inmersión en la rica historia y cultura sevillanas. La catedral inspira devoción, cautiva con su belleza y se erige como un punto culminante para todos los que exploran la ciudad de Sevilla.